El cuarto jueves de noviembre es una de las fechas del calendario más significativas en Estados Unidos. Es una fiesta marcada por las reuniones familiares y por el tradicional pavo en la mesa. Esta cena de Acción de Gracias tiene su origen hace ya 400 años, cuando peregrinos llegados de Inglaterra y nativos americanos celebraron unidos un gran festín.
Cuatro siglos después, la comida en Acción de Gracias sigue siendo la protagonista, con un menú que se prepara con horas de antelación y que llena las mesas de platos tan típicos como deliciosos. Una cena, eso sí, suficiente para arruinar los resultados de cualquier dieta.
El menú de Acción de Gracias más clásico
La tradición se ha mantenido casi intacta a lo largo de los años. Aunque siempre hay quien prefiere innovar, lo cierto es que en la comida tradicional de Thanksgiving el pavo no puede faltar. Un pavo que se suele acompañar con una potente guarnición compuesta de puré de patatas, guiso de judías verdes, pan de maíz y salsa de arándanos.
Si hablamos de recetas de Acción de Gracias para endulzar el final de la cena, en las mesas de los estadounidenses no puede faltar el pastel de calabaza. La alternativa es el pastel de nuez pecana, con sirope de arce entre sus ingredientes, además de los frutos secos.
Estas recetas para Acción de Gracias pueden variar ligeramente, pero la base no suele cambiar. El relleno del pavo se puede elaborar de diferentes formas, el pan de maíz se puede cambiar por mazorcas asadas o la salsa de arándanos puede ir acompañada por otra de ciruela. Sin embargo, el menú para la cena para Thanksgiving Day no suele incluir sorpresas.
La receta del pavo de Acción de Gracias
Ya lo señalábamos: no hay cena de Acción de Gracias sin pavo. Se suele cocinar entero con el relleno, aunque también se puede hacer este y rellenar después o servir como guarnición. Ese relleno ya va en gustos, aunque el más típico es el de apio, cebolla, caldo, pan de maíz y especias.
Pero elaborar la receta del pavo no es sencilla. No se trata solo de que se ase lentamente en el horno durante varias horas. Si hay algo que ningún cocinero quiere que le digan en una fecha tan señalada es que el pavo está reseco. El truco está en untarlo por dentro y por fuera con mantequilla e ir bañándolo en su propio jugo cada veinte minutos.
Y dos últimas curiosidades. La primera de ellas es que se pone casi tanto empeño en la decoración de la mesa como en la elaboración de las recetas de Acción de Gracias. La segunda es que, inevitablemente, las sobras son tan exageradas como la cena, así que es fácil adivinar qué se come en los hogares de Estados Unidos al día siguiente a Thanksgiving Day.